↔ Del grano a la montaña habla de lo diario y lo cotidiano, subrayando lo que acontece de un modo natural, orgánico y poético. Acciones que, como la de la propia práctica artística, suman y constituyen, día tras día, un compendio de lo que uno es y percibe. También habla del tiempo y de lo que ello supone para nuestro quehacer disciplinado. Esas sutiles cosas que nos permitimos que ocurran durante nuestra atención y dispersión. Momentos de contemplación e intercambio que Sergio Gómez nos brinda.
De ahí que este proyecto tenga visibilidad, tras su primera residencia, con la ocupación consentida de este maravilloso espacio de la calle Campoamor de Madrid. Un lugar en el que el tiempo permanece suspendido en capas visibles de memoria. Curvas, despinturas, arcos, anotaciones, intervenciones gráficas, tablones, hierros… ocasionales espacios escénicos y voces de quienes por aquí han pasado. También las nuestras. ¿Las oyes?
