Exposición Colectiva

29.11.2019 – 04.01.2020

108 (ITA) – CAROLINA LINDBERG (SPN) – E1000 (SPN) – ELBI ELEM (SPN) – ELTONO (FRA) – MARTINA MERLINI (ITA) – OX (FRA) – SRGER (SPN) – SUE975 (SPN).

Es indudable que el Arte Urbano (aquel que los artistas contemporáneos ejecutan en el espacio público sin mediación de comisarios, galerías o instituciones) ha crecido en reconocimiento en los últimos años. También es cierto que ese reconocimiento llega únicamente a la capa más superficial de la actividad callejera de los y las artistas.

La mayoría de las personas interesadas en esta disciplina artística contemporánea únicamente identifican como Arte Urbano lo que se circunscribe a pintura sobre superficies delimitadas, es decir, lo que podríamos llamar “Muralismo”.

No obstante, hay un gran número de artistas que utilizan la calle y los espacios públicos para hacer otro tipo de intervenciones, y que llevan ese trabajo urbano a su trabajo de estudio de diferentes maneras que no incluyen las superficies planas delimitadas como soporte, ni la pintura como medio. Así, en los últimos años hemos visto como los y las artistas que llevan su relato de la calle al estudio (y viceversa) han añadido nuevas formas de creación a aquel origen pictórico del movimiento, y se decantan por técnicas escultóricas, instalativas o performativas que disienten de la pintura, para pasar a trabajar con materiales anómalos y acciones (individuales o colectivas).

Son varias las razones que les llevan a avanzar en su trabajo por estos caminos. Podríamos señalar, en primer lugar, el abuso por parte de sectores económicos y políticos del trabajo muralista, aprovechándolo para intereses propios y faltando al inicial interés altruista del artista, lo que les hace abandonar aquellas prácticas por otras que no sean objeto de especulación. También hay artistas que necesitan ampliar el trabajo bidimensional para poder expresar su obra conceptual, y deciden evolucionarlo hacia expresiones tridimensionales o basadas en materiales y soportes no tradicionales que están más en contacto con la experiencia callejera que los lienzos o las tradicionales maderas rectangulares. Dichos artistas se apartan de la pintura sin que ello les provoque ningún sufrimiento.

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